Senda del Cervigon

La senda del Cervigón transcurre por el litoral del municipio de Gijón y ha sido más tarde prolongada hasta la playa de La Ñora.

La senda comienza en el Cerro de Santa Catalina, antiguo fortín militar que ahora es atalaya y parque de recreo, desde donde se divisa gran parte de la ciudad de Gijón, toda la bahía, La Campa Torres y el puerto de El Musel. Aquí se encuentra ubicado el “Elogio al Horizonte”, obra monumental del escultor vasco Eduardo Chillida, visible desde toda la costa gijonesa y que se ha convertido en icono de la ciudad. Se desciende por el parque hasta la Iglesia de San Pedro donde comienza el paseo del Muro de la  playa de San Lorenzo.

Se pueden contemplar esculturas que forman parte del paisaje. En los Mayanes se ubica “Sombras de Luz” en acero cortén obra de F.Alba (1.998). Antes de llegar a la playa del Rinconín se encuentra “La madre del emigrante” conocida por “La Lloca del Rinconín.

La senda pasa por El  Parque de El Rinconín,  con unas hermosas panorámicas de la bahía gijonesa y de los caminos costeros que suben hacia La Providencia.

Desde las verdes praderías de El Rinconín, vemos ya de frente la subida a la casa de Rosario Acuña, que da nombre también a este paseo. Pasamos al lado del camping y seguimos contemplando la playa, famosa por ser uno de los mejores lugares para estudiar el fenómeno de las mareas.

Característicos de este paisaje son los monolitos de hormigón que se elevan hacia el cielo como referencia geográfica y orientación marinera en medio de los campos, al lado de la senda. Estamos en el barrio Les Caseríes, de la parroquia de Somió.

Ya en El Cervigón, sobre los acantilados, nos encontramos con el conjunto escultórico: Cantu los díes fuxíos, de Adolfo Manzano: nueve bloques de mármol en los que se sientan los caminantes y pescadores, colocados encima de la peña, que, asomando al mar, se convierte en uno de esos hermosos miradores naturales que jalonan la ruta, además de en un excelente puesto de pesca.

Llegamos a la Playa de Peñarubia donde los llamativos estratos que podemos observar son jurásicos y pertenecen a la denominada formación Rodiles, una sucesión de capas calizas y margas grises que fueron depositándose en el fondo del mar y entre las que quedaron fósiles de multitud de organismos, especialmente marinos.

Siguiendo la senda costera llegaremos hasta el parque del cabu San Llorienzo, nos acerca a La Fontica o isla La Tortuga. La ruta continúa sobre acantilados, pero una red de senderos serpentea por las camperas que bajan del mirador del parque, diseñado por el arquitecto Ángel Noriega y que simula un barco varado.

Se sigue por un tramo desde el que disfruta de la maravillosa vista de los acantilados y de las playas de Serín y la Cagonera sobre las que es frecuente ver volar a aficionados al parapente

Indicaciones nos advierten pronto del desvío peatonal para bajar a la playa Estaño según llegamos a nuevos miradores naturales, siempre con mesas y asientos de madera para el caminante, pues lugares para tomar asiento no faltan, tanto aquí como a lo largo de todo el recorrido.

La vista de la costa central asturiana sigue siendo impresionante en todo momento, sobre todo cuando iniciamos el descenso al arenal y nos detenemos en sus magníficos miradores.

Llegamos ya al final del trayecto, La Ñora,la bajada está empedrada, con escalones en varios tramos para facilitarla. Una vez abajo, cruzamos la pasarela que pasa sobre el río, dando por finalizada la senda en estas riberasque señalan la frontera con Villaviciosa.

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